Angel Papento
- azeaoly
- Mar 2, 2019
- 1 min read
Updated: Apr 28, 2021

ECO DE TU BARRO
Hoy
he extraído
del barro de tu cruel indiferencia
los versos húmedos
de mí poesía inconclusa.
Los poemas heridos
fabricados de fría ausencia.
Los versos
construidos con arcilla
de adioses petrificados
en el recuerdo.
Hoy
sé han diluido
de la punta de mi lápiz las letras
que hacen eco de tu barro
tallado a punta de despedidas.
Hoy se ha hecho ayer,
abordando el expreso de la nada,
cruzando el andén
de un ferrocarril detenido
en la oscuridad del tiempo.
Hoy se hizo ayer,
ayer se hizo mañana,
y la melancolía se hizo eternidad.
CORAZÓN GIRASOL
Desde que te conozco,
vago por la vida
como un corazón girasol.
Un corazón herido,
que gravita
como constelación
sangrante de astros
perdidos en el tiempo.
Un planeta sin luz,
que gira buscando
el sol de tu presencia
y solo encuentra
la fría luna de tu ausencia.
Un ramo de estrellas,
que se extraviaron
en el espacio infinito
y jamás llegaron
al epicentro de tus manos.
Desde que te conozco
soy lo que nunca fui,
el último suspiro
de un amor mutilado
por el flagelo de tu olvido.
Un reloj detenido
en la hora del adiós,
un caminante
de largos caminos,
un impaciente
de larga espera.
Desde que te conozco
me reconozco,
como una caricia inédita
cayendo hacia el vacío,
un beso ahogado
en el fondo de la copa
de tu olvido.
Un pasajero sin rumbo,
abordo del tren
de la desesperanza.
Hoy por hoy
he llegado hasta aquí,
guiado tan solo
por una estrella fugaz,
sólo para descubrir
que yo no soy tu sueño,
ni tu eres mi destino.
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